Se hace llamar de izquierdas, y no lo dudo. María Antonia
Iglesias es una buena periodista con una excelente carta de presentación durante
su trayectoria profesional. Combativa, cascarrabias, hace muchos
años que la llevo viendo en debates políticos en distintos medios de comunicación.
Pasional, vehemente con aquello que defiende y coherente siempre a sus ideales;
en demasiadas ocasiones posee actitudes de una superioridad exacerbada frente a
las ideas de los otros contertulios. Desgraciadamente se escuda en su
ideología de izquierdas para insultar a aquel que no piensa como ella. Es
cierto que muchas veces sus planteamientos son lógicos y acertados, pero con
eso no basta. Se denomina como luchadora contra el Franquismo, algo que tampoco
pongo en duda. Lo que no entiendo es que ella reparta carnets de
demócrata. ¿Quién es ella? ¿Qué legitimidad tiene? Una señora de dudosa
imparcialidad en estos últimos años, y que con actitudes propiamente de la checa soviética
nos recuerda la posibilidad de que resurjan del fondo de nuestras angustias las "dos España". No quiero ver
sufrir a mi país otra vez, y con este tipo de personas sumergidas en el rencor
y en el odio al contrario, al distinto; la reconciliación nacional corre
peligro. No le hace un favor a nadie, a la derecha por combatirla para
destruirla y no para cambiarla, y a la izquierda, porque en su intento por
ayudarla en mi modesta opinión, hace reflotar la izquierda indigna, la
intolerante, la de la II
República Española, puro estalinismo. Un consejo: María Antonia se ha ganado un retiro dorado ¡váyase a su casa!