lunes, 28 de noviembre de 2011

Quién debió ser


Moderado, católico, socialista y español son algunos de los calificativos que se le han asignado. Profeta en su tierra, seis mayorías absoluta catapultaron su autoridad dentro del partido a nivel nacional. Durante la travesía en el desierto del PSOE, junto a Manuel Chaves y Rodríguez Ibarra realizó la difícil labor de sostener al partido. Nunca escondió su decepción por su no elección en el XXXV Congreso del PSOE. Alfonso Guerra tuvo la culpa de ello. Tras la derrota, José Bono asumió, no sin resignación un retiro dorado en su pueblo natal, Salobre. Zapatero pese a su mediocridad, hizo gala de la intuición política que le caracteriza; lo recuperó para la primera línea política. Que Bono fuera Ministro de Defensa daba mayor credibilidad a su gobierno y además, reforzaba aún más su posición dentro del partido. Gran y astuto movimiento del vallisoletano. Junto a la de Felipe González, ha sido la única voz autorizada del centro-izquierda fuera del organigrama del partido socialista. Su sentido de Estado, su reconocida españolidad por los cuatro costados le han hecho labrarse enemigos en su formación politica, tan abrazada a los deseos de los nacionalismo periféricos durante los gobiernos de Zapatero. El sentimiento guerracivilista en las legislaturas zapaterescas han sido un el auténtico cáncer para nuestro país. Es evidente la falta de consideración de ideas centristas, y la liquidación de toda oposición interna; además del arrinconamiento e imposición de la pura ideología sobre el centro-derecha español. Sin importar ser apoyado por nacionalistas, enemigos de la unidad de España y olvidándose que tras el Partido Popular está la mitad de los españoles. Todo ello nos ha llevado a este galimatías en el que estamos inmersos. Nos costará tiempo solventar nuestra precaria situación. Inimaginable sería pensar que con José Bono como secretario general hubiera llegado a la situación actual de hundimiento tanto del partido como del país. Habiendo ganado el discípulo aventajado del viejo profesor Tierno Galván; no se habrían cometido errores de bulto y de extrema gravedad para la estabilidad España, como el estatuto secesionista catalán y recordar los viejos rencores pasados, enfrentando a los dos bandos nuevamente. José Bono junto a Rosa Díez es uno de los activos más grande que hoy tiene el centro-izquierda en nuestro país. Un hombre dedicado en cuerpo y alma a la política, su próximo destino pronostican pudiera ser de Defensor del Pueblo a propuesta del PP, o incluso de embajador del Vaticano (tiene de rival a Francisco Camps) 
Aunque diga en público, que tiene sus aspiraciones políticas colmadas. En el momento de la historia que acontece, el proyecto de hacer una España más grande a través de un PSOE nacional, sólo lo puede liderar él. No valen terceras personas. Nadie tiene ni la legitimidad política que él tiene ni disfrutaría tanto políticamente con la responsabilidad que le tocaría desempeñar en está encrucijada en la que se encuentra su partido. El refranero español dice: El que mucho se despide, pocas ganas tiene de irse. ¿Cuántas veces se ha despedido Bono ya? Atentos a lo que pueda suceder.

1 comentario:

  1. Aquí les dejo el vídeo con las declaraciones de Bono que han motivado este artículo de opinión. Gracias.
    http://www.elmundo.es/elmundo/2011/11/28/espana/1322475411.html

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El Príncipe del PP